Aunque penaba que iba escribir hoy sobre acentos y el hecho que no puedo entender niños por nada, en vez de esto, voy a escribir sobre la comunicación, o falta de la misma, en el trabajo.
La verdad es que siento completamente inútil en el trabajo. No es que no puedo hacer nada, es que no hay nada de hacer. Cada día llego al trabajo esperando una tarea, una actividad, algo más que nada. Pienso que voy a esperar hasta junio (el fin de mi mandato). No sé si es que mis compañeros no confían en mis capacidades, o si ellos simplemente no están acostumbrado de tener otro de manejar.
No es un problema de iniciativa tampoco. Al contrario, he armado una iniciativa entera en el espacio de unos días. Entonces, ¿qué voy a hacer? La verdad: no mucho. ¿Qué puedo hacer? Trabajo sobre mi prepuesto de investigación, promuevo el arte peruano en Canadá, me siento con brazos cruzados. Falta posibilidades de mi mismo. Necesito un poco de dirección, pero cuando pregunto, la repuesta común es ‘vamos a ver mañana’.
Y entonces, anda mi vida… día por día, suspiro por suspiro.
- - -
Extra: equivocación del día: Conor tratando de explicar la sistema de tratamiento de agua y los ‘pollos mellizos’. Quería decir ‘pozos’.
1 comentario:
Pollos mestizos hehe. genial.
Publicar un comentario